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Cómo usar tu cerebro para mejorar la intuición en siete pasos

Muchos estudios en psicología nos dicen que la intuición es un proceso en el que el cerebro utiliza experiencias pasadas, junto con señales internas y pistas del entorno para ayudarnos a tomar decisiones. Pero lo cierto es que esta decisión ocurre tan rápidamente que no se registra en nuestra mente consciente. Así, tal como define MaïtéIssa, coach, experta en desarrollo personal y autora del libro 'Tu éxito es inevitable' (Grijalbo) la intuición es la capacidad de saber algo sin un razonamiento analítico, estableciendo un puente entre las partes conscientes e inconscientes de la mente.

 La intuición, o en otras palabras, sería la sensación de saber algo sin una justificación lógica aparente. Y esa sensación siempre ha sido objeto de fascinación y estudio en el campo de la neurociencia.

 A medida que se ha ido profundizando en el conocimiento sobre el cerebro humano, se han ido descubriendo conexiones sorprendentes entre diversas regiones cerebrales y otros sistemas corporales que pueden influir en nuestra capacidad intuitiva.

 Veamos, con el análisis de MaïtéIssa, qué pasa en el cerebro cuando se usa la intuición a través de un recorrido por la amígdala, el sistema límbico y la corteza prefrontal, el sistema nervioso entérico, las neuronas del corazón y el balance entre los hemisferios derecho e izquierdo.

 La relación de la amígdala con la intuición

La amígdala, una región en forma de almendra en el cerebro, desempeña un papel fundamental en la intuición. Esta estructura está relacionada con el procesamiento de las emociones y la generación de respuestas automáticas. La investigación ha demostrado que la amígdala puede detectar señales sutiles y rápidas en el entorno, permitiéndonos formar intuiciones basadas en experiencias pasadas y emociones subyacentes.

 Según recuerda Issa, un estudio publicado en la revista 'NatureNeuroscience' en 2007 examinó la actividad cerebral de los participantes mientras tomaban decisiones intuitivas. Los resultados mostraron que la amígdala mostraba una mayor activación durante los momentos en que los participantes tomaban decisiones basadas en la intuición, destacando su papel en la formación de respuestas rápidas y emocionales.

 El sistema límbico y la corteza prefrontal

El sistema límbico, compuesto por varias estructuras cerebrales, incluyendo la amígdala, y la corteza prefrontal, están estrechamente involucrados en los procesos intuitivos. Mientras que el sistema límbico procesa las emociones y genera respuestas automáticas, la corteza prefrontal es responsable del razonamiento y de la toma de decisiones. «La comunicación entre estas dos áreas permite una integración efectiva de la información emocional y cognitiva, lo que respalda la intuición», revela la experta.

 Una investigación publicada en 'Cognition', en 2012, exploró la interacción entre el sistema límbico y la corteza prefrontal durante la toma de decisiones intuitivas. Los resultados revelaron una comunicación dinámica entre estas regiones cerebrales, lo que nos dice que la integración de la información emocional y cognitiva es fundamental para la generación de intuiciones.

 El sistema nervioso entérico o segundo cerebro

Además del cerebro en nuestra cabeza, existe un sistema nervioso entérico en nuestros intestinos, conocido como «segundo cerebro». Este contiene millones de neuronas y está interconectado con el cerebro principal a través del sistema nervioso. Investigaciones recientes han demostrado que el cerebro entérico desempeña un papel clave en la intuición y la toma de decisiones. La comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino puede influir en nuestra intuición al procesar señales bioquímicas y emocionales. «Es el famoso 'gutfeeling' en inglés, o esa sensación visceral de saber algo, que sea positivo o negativo, como puede pasar cuando conoces una nueva persona y sientes en el cuerpo que no es digna de confianza», comenta Issa.

 Las neuronas del corazón y la intuición

El corazón también tiene un sistema nervioso independiente con neuronas, conocido como «cerebro del corazón». De hecho, como asegura la autora de 'Tu éxito es inevitable' se ha descubierto que estas neuronas cardíacas tienen una influencia significativa en nuestras experiencias emocionales y en la percepción intuitiva. «Es más, el corazón manda más mensajes al cerebro que al revés», asegura.

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 En un artículo publicado en 'PsychologicalScience' en 2013, se examinó la relación entre las señales cardíacas y la intuición. Los investigadores encontraron que la variabilidad del ritmo cardíaco estaba asociada con una mayor capacidad intuitiva en la detección de estímulos emocionales sutiles.

 Balance entre los hemisferios del cerebro

El hemisferio derecho está asociado con la percepción intuitiva, la creatividad y la síntesis de información no verbal, mientras que el hemisferio izquierdo se relaciona más con el pensamiento lógico y analítico. Para acceder a nuestra mente intuitiva de manera efectiva, es esencial tener un equilibrio y una comunicación fluida entre ambos hemisferios. Acceder a un estado de 'whole-brain' o cerebro completo implica sincronizar y armonizar ambos hemisferios cerebrales, permitiendo una integración más fluida de la información. «Esto se logra mediante prácticas como la meditación, la visualización, la música, la danza y el uso de técnicas que involucran ambos hemisferios, como dibujar o escribir a mano», revela Issa. Al alcanzar un estado de 'whole-brain', estamos mejor preparados para acceder a nuestra mente intuitiva y aprovechar su sabiduría.

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 La investigación respalda la importancia de este estado 'whole-brain' para la intuición. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista 'PsychologicalScience' en 2008 encontró que las personas que lograron sincronizar ambos hemisferios cerebrales tenían una mayor capacidad para resolver problemas intuitivamente.

 Siete pasos para mejorar la intuición

¿Cuáles son los 7 pasos a seguir para usar el cerebro y acceder a tu intuición? La experta en desarrollo personal explica cómo adentrarnos en un estado 'whole-brain' a través de esta secuencia: «Cuando nos encontramos en una situación de estrés es común que nuestra respuesta de lucha o huida se active. Esta respuesta de estrés puede afectar a la comunicación entre los hemisferios cerebrales, ya que el enfoque principal se dirige hacia la supervivencia inmediata. En este estado de estrés, el hemisferio izquierdo, responsable del pensamiento lógico y analítico, tiende a dominar, mientras que el hemisferio derecho, asociado con la intuición y la creatividad, puede verse inhibido», argumenta.

 Por eso, para alinear los hemisferios cerebrales y reducir el estrés, la coach propone practicar ese ejercicio basado en la importancia de los movimientos oculares:

 

  1. Crea un espacio tranquilo: encuentra un lugar tranquilo donde puedas estar en soledad y sin distracciones.

 

  1. Relájate: Respira profundamente y relaja tu cuerpo y mente, permitiendo que cualquier tensión o estrés se disipe.

 

  1. Imagina un reloj en tu mente, con el número 12 en la parte superior y las manecillas en el centro.

 

  1. Visualiza mentalmente las manecillas del reloj girando en sentido horario alrededor del centro.

 

  1. Sigue el movimiento de las manecillas del reloj con tus ojos cerrados, permitiendo que tus ojos sigan el patrón del movimiento de manera suave y natural.

 

  1. Después de unos minutos, cambia la dirección y visualiza las manecillas del reloj girando en sentido antihorario. Sigue el movimiento con tus ojos.

 

  1. Repite estos movimientos oculares varias veces, alternando entre el sentido horario y el sentido antihorario.

 

«Cuando llevas unos minutos practicando este ejercicio, formula claramente una pregunta o dilema para el cual buscas la guía de tu intuición. Entonces escucha internamente, cierra los ojos y presta atención a las sensaciones, emociones y pensamientos que surgen en tu interior. Observa cualquier impresión o respuesta intuitiva», propone.

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A la hora de valorar y aumentar la eficacia de este ejercicio, la coach aconseja además seguir estas recomendaciones:

- Confía en tu primera impresión: A menudo, la intuición se manifiesta de manera sutil y rápida. Confía en tu primera sensación. Después de los primeros 'milisegundos', ya viene la mente crítica a cuestionar todo y dudar de lo que has sentido. En el cuerpo, una sensación de expansión es un sí, mientras una sensación de contracción es un no, en el lenguaje de la intuición.

- Registra tus experiencias: Lleva un diario o cuaderno donde puedas anotar tus experiencias intuitivas. Tómate un momento para reflexionar sobre situaciones en las que confiaste en tu intuición en el pasado. Observa cómo tus decisiones intuitivas fueron acertadas y cómo te beneficiaron. Esto te ayudará a fortalecer tu confianza en tu intuición y te recordará que tienes la capacidad de tomar decisiones sabias basadas en tus instintos.

- Pon en práctica tus intuiciones: Utiliza la información intuitiva que recibes en tus decisiones y acciones diarias. A medida que veas cómo tus intuiciones se alinean con resultados positivos, ganarás confianza en tu capacidad intuitiva.

Por último la experta recuerda que la confianza en tu intuición se construye a través de la práctica y la experiencia. «Al prestar atención a tus experiencias pasadas y reconocer tus éxitos intuitivos, estarás más preparado para escuchar y seguir tu intuición en el futuro», concluye.