Los efectos que llorar podrían tener en su salud

Es un desahogo beneficioso, libera nuestra emoción y evita que usemos la alimentación como escape.

Al llorar y desahogarnos, no solo nos “quitamos un peso de encima” en sentido figurado, al aliviar en cierta medida la preocupación que nos oprime psicológica y emocionalmente, sino que, además, ayudamos indirectamente a evitar que nuestro peso corporal aumente de una manera física y perceptible en la balanza, según una experta.

Si reprimimos sistemáticamente nuestras emociones, podríamos correr más riesgo de engordar al comer en exceso utilizando la comida como válvula de escape, según la especialista chilena Fran Sabal, fundadora de la Escuela de Nutrición Emocional en Colombia (ENE).

“Tengo que ser fuerte y aguantar”. “No debo llorar”. “¿Qué pensarán o dirán sobre mí, si me dejo llevar por el llanto?”. Son pensamientos que a menudo nos llevan a reprimir las lágrimas, al igual que el clásico “Los hombres no lloran”, explica Sabal.

Una joven contempla el acuario del Museo de Ciencias Phillip and Patricia Frost, En Miami (EUA). EFE/Giorgio Viera.

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Pero a pesar de lo que opinen los demás, y de lo que hayamos aprendido desde la niñez, llorar no es negativo. Es un acto beneficioso que “nuestro cuerpo agradece, tanto a nivel emocional como físico”, de acuerdo a esta experta.

La nutrición emocional

Este enfoque del llanto es acorde con la nutrición emocional, que aborda la alimentación de un modo global, considerando al peso corporal y la salud digestiva como resultado de la interacción de cuatro niveles de nuestro ser: mental, emocional, nutricional y espiritual“, explica Sabal, licenciada en Nutrición y Dietética, y post-grado en Enfermedades Crónicas y Obesidad.

Las emociones y la alimentación se influyen recíprocamente según explica Sabal, quien a través de sus talleres y de un libro que describe este concepto y un método para aplicarlo, ofrece claves para que esta influencia sea mutuamente positiva y enriquecedora.