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Esto es lo que pasa en el embarazo cuando se tiene depresión

Abril 23 del 2023.- La depresión durante el embarazo podría vincularse con la enfermedad cardíaca incluso tan solo dos años después de la gestación, sugiere una investigación que retoma HealthDay News.

Esto es cierto incluso cuando las pacientes no tienen hipertensión durante el embarazo, informa el equipo de la investigación en la revista “Journal of the American HeartAssociation”.

“Debemos usar el embarazo como una ventana a la salud futura”, plantea la autora principal del estudio, la doctora Christina Ackerman-Banks, profesora asistente de obstetricia, ginecología y medicina materna y fetal del Colegio de Medicina Baylor y el Hospital Pediátrico de Texas, en Houston.

“Las complicaciones durante el embarazo, lo que incluye a la depresión prenatal, afectan a la salud cardiovascular a largo plazo”, advierte en un comunicado de prensa de la revista. “El período posparto provee una oportunidad para aconsejar y hacer pruebas de detección de la enfermedad cardiovascular a las personas, con la finalidad de prevenir estos resultados”.

Cerca del 20% de las mujeres experimentan depresión durante el embarazo, anotan los investigadores. No deberían entrar en pánico, dado que el estudio no prueba una relación causal directa entre la depresión y la enfermedad cardíaca, sino solo una asociación.

Depresión en el embarazo: ¿Qué puede causar?

Los investigadores encontraron que la asociación más significativa era entre la depresión y la enfermedad cardíaca isquémica (un estrechamiento de las arterias), en que las mujeres deprimidas tenían un riesgo un 83% más alto de desarrollar la afección en un plazo de dos años tras el parto que las que no recibieron un diagnóstico de depresión.

Cuando las arterias se estrechan, menos sangre y oxígeno llegan al músculo cardíaco. Esto puede conducir a un ataque al corazón, explica la Asociación Estadounidense del Corazón (American HeartAssociation).

“Recomiendo que toda persona diagnosticada con depresión prenatal sea consciente de las implicaciones para su salud cardiovascular a largo plazo, que tome medidas para evaluar otros factores de riesgo, y que consulte a su médico de atención primaria con el fin de implementar estrategias de prevención de la enfermedad cardiovascular”, apunta Ackerman-Banks. “También debería recibir pruebas de la diabetes tipo 2 y del colesterol alto, e implementar un régimen de ejercicio, una dieta saludable y dejar de fumar”, añade.

Aunque está bien establecido que los hombres y las mujeres con depresión son más propensos a desarrollar una enfermedad cardíaca en un momento posterior de la vida, se ha realizado poca investigación sobre la depresión prenatal.

En el estudio, los investigadores analizaron los datos de una base de reclamaciones de seguro de 100,000 mujeres que dieron a luz en Maine entre 2007 y 2019.

El equipo ajustó los factores de confusión potenciales, como fumar, la edad en el momento del parto, la preeclampsia (una complicación del embarazo) y la diabetes, la depresión y la hipertensión anteriores al embarazo. Entonces, calcularon el riesgo de desarrollar seis afecciones cardíacas mayores: insuficiencia cardíaca, estrechamiento de las arterias, arritmia/paro cardíaco, cardiomiopatía, accidente cerebrovascular (ACV) e hipertensión en un plazo de dos años tras el parto.

El riesgo acumulado de enfermedad cardíaca era significativamente más alto entre las personas con depresión que entre las que no la tuvieron, encontraron los investigadores.

Las que tuvieron depresión no solo presentaban un riesgo un 83% más alto de estrechamiento de las arterias, sino también un riesgo un 60% más alto de arritmia/paro cardíaco (problemas eléctricos del corazón) y un riesgo un 61% más alto de cardiomiopatía (una enfermedad del músculo cardíaco). También tenían un riesgo un 32% más alto de un nuevo diagnóstico de hipertensión.

Tras excluir a las que tuvieron hipertensión durante el embarazo, los investigadores encontraron que las mujeres con depresión prenatal tenían un riesgo un 85% más alto de arritmia/paro cardíaco, un riesgo un 84% más alto de estrechamiento de las arterias, un riesgo un 42% más alto de ACV, un riesgo un 53% más alto de cardiomiopatía, y un riesgo un 43% más alto de un nuevo diagnóstico de hipertensión.

Otros problemas relacionados con el embarazo, como la inflamación crónica y un aumento en las hormonas relacionadas con el estrés, también podrían contribuir a la enfermedad cardíaca, añadieron los autores del estudio.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.