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Golpes a la prensa libre: Aumenta la cifra de los periodistas presos en el mundo

PARÍS.-Enero 3 del 2025.- (EFE).— Un total de 550 periodistas están encarcelados en el mundo por su trabajo, según Reporteros sin Fronteras (RSF), y ese número aumentó un 7.2% en 2024, sobre todo por la persecución de la que son objeto en Rusia y en Israel.

En un comunicado publicado ayer, RSF subraya que “el encarcelamiento sigue siendo uno de los medios privilegiados por los depredadores de la libertad de prensa”.

Pero recuerda también las liberaciones de diez de esos periodistas que se consiguieron en 2024, y a las que considera que contribuyeron sus campañas y la movilización internacional.

Su director general, Thibaut Bruttin, destaca que su acción se justifica por “la libertad de esos periodistas, por su libertad para ejercer su oficio” y que seguirán movilizándose en 2025 para permitir que todos tengan “acceso a una información libre e independiente”.

El incremento de los profesionales de la información que están entre rejas se debe esencialmente a lo ocurrido en Rusia, con 8 periodistas encarcelados más, y en Israel, con 17 más.

De hecho, Israel es el país que más periodistas ha encarcelado desde el comienzo de la guerra en Gaza en octubre de 2023 y se ha convertido, en términos de Reporteros, en “la tercera prisión del mundo para los periodistas”, ya que hay allí 41 privados de libertad.

Por delante únicamente están China (con 124, de los cuales 11 en Hong Kong) y Birmania (61). Detrás de Israel viene Bielorrusia con 40. Entre los cuatro, concentran la mitad de los periodistas en prisión.

¿Quiénes son los liberados?

Entre la decena de liberaciones conseguidas este pasado año, RSF incluye la que fue la más mediática, la del fundador de Wikileaks, Julian Assange, el 24 de junio pasado.

Assange, que estaba encarcelado en el Reino Unido porque Estados Unidos lo reclamaba para juzgarlo por más de 250,000 documentos secretos, militares y diplomáticos, que Wikileaks publicó en 2010, por unas acusaciones que teóricamente podrían haberle conducido a una condena de 175 años, llegó a un acuerdo con la Justicia de Estados Unidos.

Formalmente, obtuvo la libertad porque se reconoció culpable del cargo de conspiración por la filtración de esos documentos.

La organización de defensa de los profesionales de la información también evoca el caso de los periodistas estadounidenses Alsu Kumasheva y Evan Gershkovich, que pudieron salir de la cárcel y abandonar Rusia como parte de un intercambio de prisioneros entre Moscú y varios países occidentales.

En ese mismo intercambio de prisioneros también salió de la prisión de Polonia en que estaba internado Pablo González, con doble nacionalidad rusa y española, que durante años había trabajado como periodista para medios occidentales, esencialmente españoles.

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