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Madres mexicanas urgen combatir la violencia vicaria, la agresión a través de sus hijos

Noviembre 25 del 2024.-(EFE).- (Foto de Francisco Guasco de la agencia EFE).-Activistas y víctimas mexicanas urgen este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer combatir la violencia vicaria, ataque hacia las mujeres mediante sus hijas e hijos y, en ocasiones, solapada por las instituciones de justicia.

Cessna Félix contó a EFE que su expareja la aislaba de su familia y amistades y ejercía violencia económica, y después de 2 años de vivir juntos y hacerse cargo de todos los gastos, él la echó de su apartamento y se llevó a su hija.

Tiempo después, él la buscó para darle “una segunda oportunidad” a condición de quitar la denuncia, la chantajeaba sexualmente, y cuando ella se negó a ceder a la manipulación, su expareja la violó y cortó toda la comunicación entre madre e hija.

Tras un año, Félix supo la escuela donde estaba su hija y acudió a buscarla, pero él la recibió con golpes que la lesionaron permanentemente y la amenazó de muerte. Semanas después, él interpuso una demanda de custodia y el juez la obligó a pagar una pensión alimenticia.

“Las convivencias son cada vez más difíciles. Mi hija actualmente tiene 13 años, yo noto en ella muchos cambios, sobre todo emocionales, la veo ahora como una niña muy retraída, muy seria, mi hija no era así, veo en ella como una luz que se apaga”, expresó.

¿Qué es la violencia vicaria?

La violencia vicaria es una forma de agresión de género en la que los hombres usan a sus hijos como un objeto para lastimar a sus excónyuges.

En 2023, México reconoció esta violencia como delito y determinó protocolos para evitarla, además de sanciones para los agresores, pero algunas entidades aún no cuentan con una ley estatal y las que existen realizan procedimientos y sanciones no uniformes.

La violencia vicaria es antecedida de otras agresiones físicas, sexuales o psicológicas, como intimidaciones o aislamiento, explicó a EFE Nato Montes, fundadora de la organización Madre yo sí te creo.

Aseguró que la expareja utiliza su derecho a convivir con los hijos, generalmente respaldados por jueces, para seguir violentando o llevárselos sin autorización y, en casos extremos, los manipulan o amenazan para evitar la comunicación con la madre.

“Vivimos violencia en el hogar, física, sexual, emocional, económica y cuando nosotras decimos ‘ya basta, ya no puedo más’, porque de verdad resistimos mucho porque había esta amenaza (…) dicen (los agresores): de verdad esta mujer ya se me fue ¿de dónde la agarro? pues de donde tengo derecho, porque es mi hija», expuso.

Noemí Antón, sobreviviente de intento de feminicidio por su expareja, contó a EFE que los abusos empeoraron al nacer su hijo.

Cuando decidió separarse, llegaron a un acuerdo para ver al niño, quien resintió el ambiente violento, y el hombre la golpeaba y la amenazó de muerte cuando iba a entregarlo.

Como respuesta a la denuncia que ella interpuso, él la esperó afuera de su casa y la hirió con una navaja en el cuello y la espalda, hasta que ella alertó a la Policía.

Las amenazas siguieron por mensajes de texto hasta que lo detuvieron, aunque un juez ha desestimado el intento de feminicidio.

Víctimas directas

Bárbara Miranda González, quien ha trabajado por 10 años en los derechos de la niñez y adolescencia, explicó a EFE que los hijos son también víctimas directas de esta violencia, pues no solo sufren las agresiones del padre, sino que les niegan derechos como crecer y educarse en un ambiente sano.

La investigadora, estudiante de posgrado de la Universidad de Guadalajara, recordó que en 2016 en México se aprobó la legislación para priorizar el interés superior de la niñez, un mandato que jueces y demás personal involucrado en los casos de violencia vicaria no están cumpliendo.

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