Un famoso artista, fuera en definitiva de la Compañía jesuita

ROMA.-Julio 25 del 2023.- (AP).— Los jesuitas indicaron ayer que un famoso artista y sacerdote fue expulsado de forma definitiva de su orden religiosa por abusos sexuales, espirituales y psicológicos a mujeres, y lamentaron que no pudieran procesarlo de forma más contundente debido a las normas internas del Vaticano.

El reverendo MarkoIvanRupnik sigue siendo sacerdote católico, aunque ya no es jesuita, después de que decidiera no apelar su decreto de expulsión de junio, indicó el antiguo superior de Rupnik, el reverendo Johan Verschueren.

Rupnik, un sacerdote esloveno, es de los artistas religiosos más reconocidos en la Iglesia católica. Sus mosaicos decoran iglesias y basílicas en todo el mundo, incluido en Vaticano.

A finales del año pasado, los jesuitas reconocieron que Rupnik había sido acusado por varias mujeres de abusos sexuales, espirituales y psicológicos durante un periodo de 30 años.

En su mayor parte había evitado los castigos hasta entonces, aparentemente gracias a su posición destacada en el Vaticano, lo que cuestionó incluso el papel del papa Francisco en el caso.

Tras una investigación, los jesuitas anunciaron en junio que consideraban “muy altamente creíbles” las acusaciones de las mujeres.

Señalaron que habían expulsado al sacerdote de la orden debido a su “testarudo rechazo a cumplir el voto de obediencia”.

Los jesuitas le habían instado a disculparse por su conducta e iniciar un proceso de reparación con sus víctimas, pero él se negó.

“No puedo más que lamentar enormemente su insistente y testaruda incapacidad para afrontar las voces de tantas personas que se han sentido dolidas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y conducta hacia ellas”, escribió Verschueren en una carta obtenida ayre y que confirmaba la expulsión.

Al mismo tiempo, Verschueren admitió las críticas de que Rupnik siga siendo sacerdote, que ahora no tiene supervisión religiosa en absoluto.

Luego señaló que la legislación actual del Vaticano impide una investigación que pudiera llevar a sanciones más duras.

La máxima pena de la Iglesia es la expulsión del sacerdocio, que en la práctica le convertiría en un lego de nuevo.

Ese comentario era una referencia al hecho de que en el momento de los supuestos abusos de Rupnik, el Vaticano no solía sancionar los abusos sexuales ni otras formas de mala conducta de sacerdotes a mujeres adultas, por considerar cualquier relación como consentida.

El Vaticano empezó a reconocer hace poco esa conducta como criminal, aunque las nuevas normas no pueden aplicarse de forma retroactiva y en general el Vaticano evita hacer excepciones para castigar abusos antiguos que afectaron a adultos.