Ballenas jorobadas: Una danza acrobática en medio de la mar

Reza  el dicho «en martes ni te cases ni te embarques», pero desafiando las leyes de este enunciado, decidí hacer lo segundo.

Era uno de esos días en los que el sol, al igual que a mí, le agarró la tarde. Cinco a las 5 de la mañana ya me encontraba lista para salir hacia mi destino: la playa Los Cóbanos, en Sonsonate.

A medio camino, el sol seguía oculto, pero pasadas las 6:30 de la mañana por el retrovisor del carro pude vislumbrar los primeros rayos que iluminaban el amanecer. A mi destino llegué 10 para las 7 de la mañana. Mientras esperaba a mis compañeros de lancha, las encargadas de darme los buenos días y de paso una serenata fueron un par de chachalacas, un nombre bien merecido para su canto.

Minutos después aparecía Melvin Castaneda, biólogo y coordinador del  ProyectoMegaptera El Salvador, quien hizo posible el recorrido.

Junto con él se presentó una joven con acento español. Su nombre no será fácil olvidarlo, Paula (igual a mi madre) Cabanilles. También es bióloga y dentro de poco, doctora en la misma área.

Mientras preparábamos los implementos necesarios para ir mar adentro y ver el avistamiento de ballenas se hicieron las 7:45 de la mañana.

Unas cuantas millas navegando, junto con los biólogos decidimos distribuirnos un punto cardinal cada uno para observar algún movimiento. Eran las 10 de la mañana y bajo el sol (el cual ya no deseaba que calara tanto) nos encontrábamos sin señal de ballena alguna. Quizás no debí embarcarme en martes.