El apocalipsis en España: así está Valencia tras el paso de la DANA
Noviembre 4 del 2024.-(Por Angel Noh Estrada).-El periodista Jesús Caballero Lendínez, guionista de Televisión Española (TVE), califica de apocalíptica, como el inicio de la serie “The Walking Dead”, la situación que dejó el devastador paso de la DANA en la provincia de Valencia, con daños incalculables y pérdidas humanas que seguramente rebasan por mucho la cifra oficial.
En entrevista con Diario de Yucatán, considera que todo fue “como un tsunami” y en medio del caos la prioridad ahora es llevar alimentos y ayuda a la población afectada, pero esto es una labor titánica porque las carreteras y demás infraestructura quedaron destrozadas.
En solo ocho horas, añade, las lluvias torrenciales dejaron caer el agua que habitualmente cae en dos años en Alicante. El nivel de las precipitaciones alcanzó dos metros en minutos.
Como hemos informado, la provincia española de Valencia fue severamente castigada por una DANA —siglas de Depresión Aislada en Niveles Altos—, con inundaciones sin precedente.
Contactado por el Diario, Jesús Caballero, licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra, expone detalles de la crisis que se vive en esa parte de España a consecuencia de la tormenta.
Nunca como ahora
Conocedor de primera mano de la situación, explica que siempre han ocurrido esos fenómenos en la zona del Mediterráneo y en la costa valenciana, pero nunca como se vio en días pasados.
“En esa zona hay muchas rieras, que son como cauces de ríos secos muy anchos, muy grandes, para que cuando caigan esas tormentas el agua baje por ahí y no pase por la ciudad”, indica.
“Estas danas suelen verse en septiembre, que es cuando baja un poco la temperatura y hay aire frío en las capas altas. Como el mar está caliente, ese choque provoca fuertes tormentas. ¿Qué ocurre ahora? Que ha sido un mes después, estamos ya en noviembre y el mar está muy caliente desde hace tres o cuatro años”.
De acuerdo con el entrevistado, lo normal es que el Mediterráneo esté a 22 ó 23 grados Celsius y ya han transcurrido dos o tres veranos con temperaturas de 28 ó 29 grados, “prácticamente como en el Caribe”.
“Entonces, ha venido una borrasca con aire frío y se ha alimentado con la humedad y el calor del mar, provocando una devastación absoluta”, añade. “Hay zonas cercanas a Valencia donde han caído casi 650 litros por metro cuadrado en pocas horas”.
Caos en España: ocho horas de diluvio
Lo que ocurre habitualmente, explica, es que azota una DANA en una o dos horas, en ocasiones propiciando destrozos, pero al pasar la tormenta llegan los servicios de emergencia que ayudan y limpian y poco a poco se recupera la normalidad.
“Lo de ahora es que fueron ocho horas de diluvio absoluto”, apunta. “Nunca se había visto algo así. ¡Jamás! Llovió una barbaridad”.
El periodista añade que al bajar el agua de la sierra y por los barrancos se desbordó el río seco “como un tsunami”. El agua subió dos metros en muy pocos minutos.
“La inmensa mayoría de los fallecidos es gente que simplemente bajó al garaje a intentar sacar su vehículo y se quedó o bien dentro del vehículo o ahogada en las plantas bajas o en los sótanos”, describe.
Califica de catastrófica la situación, agravada porque la ayuda y los servicios de emergencia no pueden llegar a los sitios afectados.
En referencia a las imágenes de los automóviles apilados que dieron la vuelta al mundo, dice que esas escenas son apocalípticas, como si fueran del inicio de la serie de televisión “Walking Dead”
“Hay 150,000 hogares sin luz, sin agua, sin comida. Son imágenes impropias del Primer Mundo, son de una catástrofe en el Primer Mundo”, enfatiza.
El licenciado Caballero Lendínez señala que a la cifra de fallecidos —oficialmente eran al menos 211 anteayer sábado— hay que agregar la de desaparecidos, cuyo número real se desconoce.
Los números verdaderos en ambos rubros se conocerán cuando bajen los niveles del agua y del barro que arrastró la tormenta y los servicios de emergencia tengan acceso a las miles de vivienda dañadas.
Economía paralizada en Valencia
También alerta sobre un problema que hoy, cuando todos los esfuerzos están enfocados en la ayuda a los damnificados, no se dimensiona en su totalidad: la paralización de la economía, considerando que la zona de la tragedia es un cinturón industrial.
“Esto es un caos. Nadie puede ir a trabajar, las fábricas están paradas, también los camiones”, relata. “No hay movimiento de mercancía, pero ahora la gente no está pensando en la situación económica realmente, no se está haciendo una valoración económica”.
“Estamos en modo de rescatar gente y contar fallecidos, pero lo que viene después económicamente es brutal, es brutal”.
A una pregunta, precisa que la DANA afectó a varios puntos de España, pero los daños no dejan de ser pequeños en comparación con lo sucedido en Valencia.
“No dejan de ser pequeñas catástrofes con las que periódicamente, más o menos, estamos acostumbrados”, abunda. “Lo de Valencia sí es apocalíptico”.
Odisea por la comida
A continuación dice:
—Para conseguir agua y comida, la gente se echa una mochila al hombro, sale a la calle y empieza a caminar durante dos horas hasta conseguir agua y alimentos y volver a su casa. No todos lo pueden hacer, hay ancianos y gente impedida… Es una situación muy complicada.
—En la parte de adentro de la ciudad no ha llovido tanto, ni la situación es tan dramática, pero llovió tantísimo en las sierras y bajó tanta agua, tanto lodo a la vez, que nadie pudo escapar.
—Toda persona que estaba en su vehículo o en carretera, aunque fuera una autopista de seis carriles y con un drenaje perfecto, toda esa gente ha muerto o ha tenido muy serios problemas.
—La infraestructura está destrozada. Por ejemplo, los trenes no funcionan, ningún tren de las cercanías. Las carreteras que quedaron destrozadas no son las secundarias, son las autopistas principales y las autovías. Se han hundido puentes. La ciudad está casi aislada.
—Se puede llegar a la ciudad, pero es muy complicado. La prioridad ahora es conseguir que la cadena de distribución funcione, porque hay alimentos y agua. Lo que están diciendo las empresas de distribución es: “Hagan un carril para nosotros por donde sea”.
—Ésa es la primera prioridad. La segunda es recuperar la electricidad y el agua corriente.
—Era algo impensable en el Primer Mundo, en Europa. Hay decenas de miles de hogares que van a estar a lo mejor tres semanas o un mes sin electricidad, sin electricidad, sin agua potable. Te digo, eso ha sido una especie de tsunami.
El agua de dos años
—En Valencia siempre caen lluvias muy fuertes a finales de verano o principios de otoño, pero jamás como ha ocurrido ahora.
—Cuando cae una lluvia torrencial, pues se arregla y se limpia, pero esta vez han sido ocho horas de 600 y pico litros. O sea, en una sola tarde, en esas ocho horas, ha llovido lo mismo que, por ejemplo, en Alicante en dos años.
—En Valencia no hay tornados, en Europa no hay tornados y el otro día hubo cuatro tornados, pero tornados tipo Kansas, o tipo Misuri. Hay imágenes de camiones que volcaron como fichas de dominó y eso provocó que se bloquearan las carreteras y que todo el que estuviera en su vehículo quedara a merced de las inundaciones. Eso nunca se había visto
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